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Salió Cloris de su albergue,
dorando el mar con su luz,
por señas, que a tanto oro
holgó el mar de ser azul.
Cáñamo anudando, engaña
al ejercicio común,
esto fïando del viento,
y él lo escuchó con quietud: | 4octava
|
Tempera quitapesares
que corrie muy concertado,
reventó por los ijares
del comer desordenado;
y no muerde ni escarmienta
a la gran loba hambrienta,
y aun los zorros y las osas
cerca della dan mil cosas,
pero no porque lo sienta. | 38novena
|
Amor hace sutil a quien es hombre rudo;
convierte en elocuente al que antes era mudo,
quien antes fue cobarde, después todo lo pudo;
al perezoso obliga a ser presto y agudo. | 9cuaderna_vía
|
Cuenta Apuleyo que, mientra él mudado
fue en asno, los ladrones que servía
una hermosa virgen han robado
el día que sus bodas atendía;
a la cual, por hacer menos pesado
su infortunio, una vieja así decía,
mientra que con palabras la consuela,
contándole de Psique esta novela: | 4octava
|
Será el zenzontle, tenor;
jilguero, primer violín;
y maestro director
el arrogante clarín. | 5cuarteta
|
Irene no conoce todavía
la palabra resaca.
Descentrada
con el raro bullicio de la gente
que hubo anoche en la casa,
duerme poco, penetra
ese olvido absoluto al que recurro
en mañanas difíciles,
salta por los barrotes
de su horario, se anuncia
con un grito de selva inexplorada,
corre por el pasillo hasta la cama,
de mi pelo se cuelga, con mi espalda fabrica
una pista de baile,
insiste repartida, telefónica,
parece que se escapa por fin, pero regresa
con urgencia de liebre despiadada.
Irene no conoce todavía
la palabra resaca.
Están así las cosas...
Es la primera vez
que la ira no afecta al importuno.
Juro que no repetiré, sé que no debo
acostarme tan tarde, tan borracho,
bajo un sol que ya tenga
mala cara de sueño y aspirina. | 35unknown
|
¡Teologal diseño,
rosas del ensueño
de un cielo abrileño! | 10tercetillo
|
Guardo constante la promesa antigua
de que ella sola me sería cara,
aunque pasara las estigias olas
con Aqueronte. | 36estrofa_sáfica
|
Pues andándose buscando
madero de que labralle
cruz para crucificalle,
hallaron éste nadando,
hechizo para su talle;
y pareciéndoles tal
cual pedía su malicia,
labran de él el principal
tronco de la cruz real,
ejecutor de justicia. | 6copla_real
|
En el fondo de mirtos
Del jardín señorial,
Glosa oculta una fuente
El enigma riente
De su alma de cristal.
¡La fuente arrulla el sueño
Del jardín señorial! | 20septilla
|
Esa chiquiya la quiero,
que se yeba e su gusto;
no se yeba der dinero. | 30soleá
|
por las amenas liras
y canto de serenas os conjuro
que cesen vuestras iras
y no toquéis al muro,
porque la esposa duerma más seguro. | 14lira
|
A veces me digo con honda tristeza:
¿Vendrá a mí aún el hada bendita que huyó?...
Mi frente surcada, mi cana cabeza
y el fuego de mi alma que a helarse ya empieza,
responden con mudas palabras: ¡No! ¡No! | 32quinteto
|
«Por Dios», dijo Mercurio, «y a fee mía,
que no puedo decirlo, y si lo digo,
tengo de dar la culpa a tu porfía». | 33terceto
|
Pertinaz su ojeriza
no desiste ni cesa,
hasta ver en sus ruinas,
las de la religión, la fe y la Iglesia. | 17endecha_real
|
Diviértete con todos,
haz lo que quieras,
y luego ven y pónme
las aguaderas;
y aun despues falta
que a la pila me lleves
a beber agua. | 27seguidilla_compuesta
|
Mira Ñero de Tarpeya
a Roma cómo se ardía;
gritos dan niños y viejos
y él de nada se dolía.
El grito de las matronas
sobre los cielos subía;
como ovejas sin pastor
unas tras otras corrían,
perdidas, descarriadas,
llorando a lágrima viva.
Todas las gentes huyendo
a las torres se acogían;
los siete montes romanos
fuego y lloro los hundía.
En el grande Capitolio
suena muy gran vocería;
por el collado Aventino
gran gentío discurría,
y en Cabalo y en Rotundo
la gente apenas cabía;
por el rico Coliseo
gran número se subía;
lloraban los dictadores,
los cónsules a porfía;
daban voces los tribunos;
los magistrados plañían;
los cuestores lamentaban;
los senadores gemían;
llora la orden ecuestre,
toda la caballería,
por la crueldad de Nerón
que lo ve con alegría.
Siete días con sus noches
la ciudad toda se ardía;
por tierra yacen las casas,
los templos de tallería,
los palacios más antiguos
de alabastro y sillería;
las moradas de los dioses
han triste postrimería;
el templo capitolino
do Júpiter se servía;
el grande templo de Apolo
y el que de Mars se decía,
sus tesoros y riquezas
el fuego los derretía;
por los carneros y osarios
la gente se defendía.
De la torre de Mecenas
lo miraba todo y vía
el ahijado de Claudio,
que a su padre parescía:
el que a Séneca dio muerte;
el que matara a su tía;
el que antes de nueve meses
que Tiberio se moría
con prodigios y señales
en este mundo nascía;
el que persiguió a cristianos,
el padre de tiranía,
de ver abrasar a Roma
gran deleite rescebía.
Vestido en cénico traje
decantaba en poesía.
Todos le ruegan que amanse
su crueldad y porfía.
Doriforo le rogaba,
Esporo lo combatía,
Claudio Augusto se lo ruega,
Alégaselo Mesalina;
ni lo hace por Popea,
ni por su madre Agripina;
no hace caso de Antonia,
que la mayor se decía;
Anco Planio se lo habla,
Rufino se lo pedía;
por Británico ni Trusco
ninguna cuenta hacía;
a sus pies se tiende Octavia,
ésa que ya no quería:
cuanto más todos le ruegan
él de nadie se dolía. | 1romance
|
Éste es nuestro Dios entero,
y otro no será estimado;
que es sólo quien ha hallado
todo el saber verdadero.
Y a Jacob siervo lo dio,
y en nuestras tierras fue visto
Dios y hombre Jesucristo,
que con hombres conversó. | 28copla_castellana
|
pero diole todavía
un ramo que se llevase
y en el monte lo plantase,
porque ya que Adán moría,
en su memoria durase;
y dijo: «No te adolezca
ni desmaye el mal de Adán
aunque grave te parezca;
que cuando este árbol crezca
Él y muchos sanarán». | 6copla_real
|
No sé lo que he soñado
en la noche pasada;
triste, muy triste, debió ser el sueño
pues despierto la angustia me duraba. | 21silva_arromanzada
|
¡Oh, despertad, mortales!
Mirad con atención en vuestro daño.
Las almas inmortales,
hechas a bien tamaño,
¿podrán vivir de sombra y solo engaño? | 14lira
|
O ya me ponga alguno
en la región al sol más allegada,
do no vive ninguno,
siempre será de mí Lálage amada,
la del reír gracioso,
la del parlar muy más que miel sabroso. | 45sexteto_lira
|
Hombre solo en el mar
en caminos inciertos
vencido y mudo
caminando las horas
que mariposas núbiles
desvelan en sus alas
de colores de amor. | 20septilla
|
Buena es el agua y la sed;
buena es la sombra y el sol:
la miel de flor de romero,
la miel de campo sin flor. | 11cantar
|
Pesado buey, tú evocas la dulce madrugada
que llamaba a la ordeña de la vaca lechera,
cuando era mi existencia toda blanca y rosada,
y tú, paloma arrulladora y montañera,
significas en mi primavera pasada
todo lo que hay en la divina Primavera. | 39sexteto
|
La priesa no la condeno,
pues no se sufre tardanza
cuando corre la esperanza
a gozar de algún fin bueno
que nuevamente se alcanza;
y así, vos siendo avisada
de nueva tan señalada,
con la gana que en vos mora
de llegar, no veis la hora
de acabar vuestra jornada. | 6copla_real
|
Anda, que ya no te quiero;
que de tu bía y milagros
malos informes me dieron. | 30soleá
|
Yo viviré escarmentado
todo el tiempo que quisieres;
me he visto por las mujeres
en cueros y aprisionado.
Mas viéndome lastimado,
entre crueles penitencias,
ya yo tema las sentencias;
mira qué causa te he dado,
porque a tu lado yo he estado
puesto a dos mil contingencias.
| 25décima_antigua
|
¡Y el juez también en su lecho
Duerme en paz! ¡y su dinero
El verdugo, placentero,
Entre sueños cuenta ya!
Tan solo rompe el silencio
En la sangrienta plazuela
El hombre del mal que vela
Un cadalso a levantar. | 15octavilla
|
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano. | 5cuarteta
|
Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar. | 19redondilla
|
Fatigada del baile,
encendido el color, breve el aliento,
apoyada en mi brazo,
del salón se detuvo en un extremo. | 23cuarteto_lira
|
El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve. | 30soleá
|
Príncipes del azar Así el tecleo
en ritmo y luz de mecanografía
hace olvidar tu nombre y mi deseo
tu nombre que una estrella ama y enfría
Príncipes del azar gusanos leves
para pasar el rato entre las nieves | 34sexta_rima
|
Mil veces oí en Castilla
que en el Coll de Balaguer
había bien que temer,
ya porque es del mar la orilla, | 19redondilla
|
Está en la sala familiar, sombría,
y entre nosotros, el querido hermano
que en el sueño infantil de un claro día
vimos partir hacia un país lejano. | 7serventesio
|
Las yerbas su virtud la presentaban;
los árboles, sus frutos y sus flores;
las piedras, el valor que en sí encerraban. | 33terceto
|
Será con todos igual,
Justiciero para todos
El tremendo tribunal,
E irán de distintos modos
El justo y el criminal. | 29quintilla
|
la mayor hermosura se deshace
ante ella, y ella sola resplandece
sobre todas, y alegra y satisface. | 33terceto
|
y los amantes su deseo oculto
latir sintieron en tus bellos labios
y sorbo a sorbo en ellos apuraron
su paraíso. | 36estrofa_sáfica
|
Esta emoción divina es de la infancia,
cuando felices el camino andamos
y todo se disuelve en la fragancia
de un Domingo de Ramos. | 7serventesio
|
En tus promesas divinas
no me hablaste de dolores,
ni de tus pintadas flores
me enseñaste las espinas;
bajo las ondas marinas
hay escollos que temer;
ya tierra no alcanzo a ver
y mi costa no la encuentro,
porque ya estoy mar adentro
y no me puedo volver. | 13espinela
|
Quién pudiera dar un vuelo
por todo lo que el sol mira,
y solicitar las gentes
a cena jamás oída:
cena grande, siempre cena,
a cualquier hora del día,
donde en poco pan se sirve
mucha muerte o mucha vida. | 4octava
|
preséntate un sujeto
tan mortalmente herido, cual conviene,
do cuanto saber tiene
dé muestra, que por siglos mil resuene. | 14lira
|
En la mitad del barranco
las navajas de Albacete,
bellas de sangre contraria,
relucen como los peces.
Una dura luz de naipe
recorta en el agrio verde,
caballos enfurecidos
y perfiles de jinetes.
En la copa de un olivo
lloran dos viejas mujeres.
El toro de la reyerta
se sube por las paredes.
Ángeles negros traían
pañuelos y agua de nieve.
Ángeles con grandes alas
de navajas de Albacete.
Juan Antonio el de Montilla
rueda muerto la pendiente,
su cuerpo lleno de lirios
y una granada en las sienes.
Ahora monta cruz de fuego,
carretera de la muerte.
* * *
El juez, con guardia civil,
por los olivares viene.
Sangre resbalada gime
muda canción de serpiente.
Señores guardias civiles:
aquí pasó lo de siempre.
Han muerto cuatro romanos
y cinco cartagineses.
* * *
La tarde loca de higueras
y de rumores calientes
cae desmayada en los muslos
heridos de los jinetes.
Y ángeles negros volaban
por el aire del poniente.
Ángeles de largas trenzas
y corazones de aceite. | 1romance
|
Vive Anacreonte, se conserva puro,
fresco el rocío en sus nativas rosas,
y de Safo la lira apasionada
respira amor y fuego. | 37estrofa_francisco_de_la_torre
|
Las gruesas bombardas y ribadoquines
de nieblas fumosas el aire llenaban,
así que las islas y puertos confines
apenas veían, ni se divisaban;
Jove no se cree, cuando recontaban
que vino a la niña tebana tronando,
viniese tan fiero, el cielo inflamando,
como aquellas fustas cuando se allegaban.
| 41copla_arte_mayor
|
Es cuestión de palabras, y, no obstante,
ni tú ni yo jamás,
después de lo pasado, convendremos
en quién la culpa está. | 23cuarteto_lira
|
Y al punto dese por muerto
si el alcalde lo bolea,
pues ay nomás se le apea
con una felpa de palos-,
y después dicen que es malo
el gaucho si los pelea. | 12sextilla
|
Tú sueñas con las flores de otras praderas,
nacidas bajo cielos desconocidos,
al soplo fecundante de primaveras
que, avivando las llamas de tus sentidos,
engendren en tu alma nuevas quimeras. | 32quinteto
|
Mis grandes hechos verán
los que no los han sabido,
en que solo he merecido
nombre de Gran Capitán.
Y tuve tan gran renombre,
en nuestras tierras y extrañas,
que se tienen mis hazañas
por mayores que mi nombre. | 28copla_castellana
|
Merezco este dolor que como Padre
me mandas como a un hijo a quien deseas
hacer con los dolores todo un hombre,
todo hijo tuyo. | 36estrofa_sáfica
|
¡Ay, piadosa Virgen bella!
¿Qué fuera de mí sin vos?
¿Por dónde llegara a Dios,
por tal mar, sin tal estrella? | 19redondilla
|
La virtud es un manto con que tapa
y cubre su indecencia la estrecheza,
que esenta y libre de la envidia escapa». | 33terceto
|
Me han hecho sufrir tanto, que he dudado
si el amor será un odio disfrazado. | 3couplet
|
-«¡Oh, beata Madrigal
ora pro nobis a Dios!»
«¡Oh, santa Villa Real,
señora, ruega por nos!» | 5cuarteta
|
¡Es tu hora, Señor, sobre la frente
del mundo se levanta silenciosa
la estrella del Destino derramando
lumbre de vida! | 36estrofa_sáfica
|
He sido junto a un amigo
testigo
de una solidaria paz,
veraz.
Un gesto que nunca es vano;
humano.
Si se abre a la paz la mano
y se entierra la maldad,
será la propia verdad;
testigo veraz, humano. | 0ovillejo
|
¿Qué es lo que dijo de amor
y de la barbera? ¡Ay, cielo!
¿Soy yo de bronce? ¿Soy hielo?
En la puerta estoy mejor: | 19redondilla
|
Corazon gastado, mofa
De la mujer que corteja,
Y, hoy despreciándola, deja
La que ayer se le rindió.
Ni el porvenir temió nunca.
Ni recuerda en lo pasado
La mujer que ha abandonado,
Ni el dinero que perdió. | 15octavilla
|
Así el grave Pedonio
salió ligero
por el viejo postigo
con grande aliento.
Furioso
dando de soplamocos
a cuantos
le estorbaban el paso
señales
del mal humor que sale. | 16chamberga
|
Ved que en el viento las aves
Volando pasan a par:
Ved a las ondas cruzar
Rumorosas y suaves.
Ved que hasta las penas graves
Jamás, Teresa, andan solas:
Ved cuál se juntan las olas
En el correr de los ríos:
Ved, junto a troncos umbríos,
Amarse las amapolas. | 13espinela
|
Silencio de cal y mirto.
Malvas en las hierbas finas.
La monja borda alhelíes
sobre una tela pajiza.
Vuelan en la araña gris,
siete pájaros del prisma.
La iglesia gruñe a lo lejos
como un oso panza arriba.
¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!
Sobre la tela pajiza,
ella quisiera bordar
flores de su fantasía.
¡Qué girasol! ¡Qué magnolia
de lentejuelas y cintas!
¡Qué azafranes y qué lunas,
en el mantel de la misa!
Cinco toronjas se endulzan
en la cercana cocina.
Las cinco llagas de Cristo
cortadas en Almería.
Por los ojos de la monja
galopan dos caballistas.
Un rumor último y sordo
le despega la camisa,
y al mirar nubes y montes
en las yertas lejanías,
se quiebra su corazón
de azúcar y yerbaluisa.
¡Oh!, qué llanura empinada
con veinte soles arriba.
¡Qué ríos puestos de pie
vislumbra su fantasía!
Pero sigue con sus flores,
mientras que de pie, en la brisa,
la luz juega el ajedrez
alto de la celosía.
| 1romance
|
hasta que finalmente,
en duro mármol vuelta y transformada,
hizo de sí la gente
no tan maravillada
cuanto de aquella ingratitud vengada. | 14lira
|
Mi cante no es tu canto,
qué más quisiera
que enronquecerme en coplas
cartageneras. | 22seguidilla
|
Cuanto a los varones aquí sobreseo
y paso a la insigne mi hija la primera,
de los humanales corona y arreo,
y de las Españas claror y lumbrera;
esta se demuestra, como primavera
entre todo el año, cerca las más bellas,
y cual fiera lumbre entre las estrellas,
y grandes fontanas fecunda ribera. | 41copla_arte_mayor
|
Te obligas más queriendo desdeñarme
y te das la sentencia rigurosa
queriendo presumida y cautelosa
según tu corto juicio condenarme. | 24cuarteto
|
el largo establo, abrigo del invierno,
y del servil trabajo la tarea,
y ya no tienes ni remota idea
de que es un arma. Tal es el eterno | 24cuarteto
|
Agua de pozo:
el niño baja el balde,
sube una estrella. | 8haiku
|
Asustadiza gracia del poema:
flor temerosa, recatada en yema. | 3couplet
|
Viendo la santa divina victoria
del furibundo convento siniestro:
¡Oh mías que bendito, divino Maestro!
dice mi lengua vulgar y notoria,
esta hazaña de tanta memoria
ya por un alta manera combida
ser el espada muy esclarecida
y digna de tan serenísima gloria
cuanto la hace tu mano temida. | 38novena
|
Ramos, capitán famoso,
al buen obispo vengó;
y a los franceses mató
como fuerte y animoso.
Un hecho tan milagroso
publique siempre la fama;
y á la luz de clara llama
nuestro siglo venturoso
publicando su lealtad
La paciencia y la humildad. | 25décima_antigua
|
dio el alma a quien se la dio
(el cual la dio en el cielo
en su gloria),
que aunque la vida perdió,
dejonos harto consuelo
su memoria. | 12sextilla
|
«¿No son poetas?» «Sí». «Pues yo no acierto
a pensar por qué causa se desprecian
de salir con su ingenio a campo abierto. | 33terceto
|
Pero aquesta que ves es el aseo,
la gala de los cielos y la tierra,
con quien tienen las Musas su bureo; | 33terceto
|
¿Cuál lengua recontará
el su triste desconsuelo,
nin podrá dezir tal duelo ?
¿o quál pluma escrivirá
por cursos de pohesía
el remor que se fazía?
[O] ¿quien los declarará? | 43copla_mixta
|
Llega de embajador el noble Lara
A esta insigne ciudad, y se presenta
Al irritado Hixcen, que al recibirle
Admiró su gallarda gentileza.
Giafar....(sí, de Giafar y de Velázquez
Las almas se entendían : tal vez era
Uno mismo el demonio que guiaba
A ambos á unjiempo por distinta senda)''
" Giafar le vio con el placer amargo
Del que á gozar venganza va completa
De aquel á quien envidia, y que á despecho
Le admira casi mas que le detesta."
" L e tiene en su poder....Mas ¿por ventura
Querrá á Velázquez contentar, la guerra
Suspendiendo?.... jamas, jamas. Castilla
Debería de nuevo su existencia "
*' De Lava al sacrificio generoso.
Si otra vez d su esfuerzo la debiera.
Cual m á r t i r le adorara el pueblo hispano.
Toda la cristiandad.... No en su cabeza,"
" E n su nombre, en su nombre mi venganza.
Para que digna de mi encono sea,
Se saciara, poniéndole el v i l sello
De m a l d i c i ó n sin fin, de infamia eterna."
" Así pensó Giafar : su fantasía
Abrazó con placer tales ideas,
Y al aprestarse á darles cumplimiento,
El éxito terrible saborea.
Grandes obsequios y afectada pompa
De Lara el noble en derredor desplega;
Oye atento y afable su embajada,
Y que á todo se allana, le demuestra,"
" P o r respeto á su nombre y su persona^
Y con elogios mil le lisonjea.
Establecióse un armisticio, y luego
Solemnes pactos de inviolable tregua,"
u Exigiendo tansolo de Castilla
Corto tributo á fuer de recompensa,
Y en reboñes del tratado dos presidios,
Que ocupaba el cristiano en la frontera."
"Del éxito feliz de su mensaje
Ufano Gústios, regresar anhela
Para anunciarlo á Burgos por sí mismo ;
Mas Giafar le detiene, le sujeta"
tf Con fingido pretexto, y le decide
A enviar un caballero con presteza.
Que lleve al conde Sancho de Castilla
De la ajustada paz la ansiada nueva."
" Y o en tanto disfrutarla compañía
Pude en mi patria de mi amigo apenas.
Giafar sabía mi amistad con Lara,
Y la temió y habiéndose en Yalenci
Por aquel tiempo un jeque declarado
En rebelión, mandóme á toda priesa
Marchar á sujetarle 5 cargo honroso,
Que renunciar no pude, aunque quisiera."
" Al dejar estos muros, en mis brazos
Estreché á Gústios con el alma llena
De atroz presentimiento 5 y, Parte pronto,
Le dijo solo mi afligida lengua."
Quedóse á mi pesar. Llegó el tratado
A. Burgos, que gozosa con la tregua,
Se alzó del hondo espanto en que yacía
Cesando sus aprestos de defensa."
"Entregó los castillos concertados.
El tributo también, y las banderas
Dispersó ya reunidas en los campos,
Y al dulce sueño de la paz se entrega."
" O h Castilla infeliz y descuidada!
Por Giafar avisados con reserva
Juzef y los caudillos, que escondidos
Se mantuvieron siempre en la frontera;"
" E n cuanto desarmados á los pueblos
Vieron, y sus mesnadas ya dispersas,
Entraron furibundos á mansalva.
Fuego, sangre, exterminio, muerte, guerra
Y esclavitud sembrando hasta la orilla
Del claro Arlanza 5 y al clamor que suena,
Présago de ruina inevitable,
De Burgos retemblaron las almenas."
" El conde, el arzobispo, el pueblo lodo,
Que es de Lara traición al punto piensan ;
De Lara que ha querido adormecerlos,
Para vengar á salvo sus ofensas;
íl Mas del último apuro los cristianos
Sacando nuevo ardor y saña nueva,
Resuélvense á morir como valientes
En noble y obstinada resistencia.
| 18romance_arte_mayor
|
Alma región luciente,
prado de bienandanza, que ni al hielo
ni con el rayo ardiente
fallece; fértil suelo,
producidor eterno de consuelo: | 14lira
|
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión, ninguna gana;
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana. | 28copla_castellana
|
Tuvo hijos diferentes mas gozarlos
Nunca le concedió sañudo el cielo,
Y en l a tranquila cuna muerte airada
Cebó su diente destructor en ellos.
K e r i m a sola fué mas venturosa,
(Si es que quedar en este mundo es serlo)
Tal vez p o r q u é en su madre desdichada
Se e m b o t ó de A z r a e l el crudo hierro.
Giafar nunca olvidando su derrota,
A u n q u é ya de venganza satisfecho
Debiera estar y de inocente sangre,
Profesa á los cristianos odio eterno :
Guantas veces tornaba al alto mando
Lo demostraba con atroces hechos,
Y era de los m o z á r a b e s 19 azote,
Horrorosas violencias ejerciendo.
De esta m í s e r a estirpe honra, fortuna,
L i b e r t a d , vida, todo era el objeto
De l a venganza audaz de tal contrario.
De su codicia, rabia y desenfreno.
Entre inocentes tantas que á l a furia
Del terrible Giafar víctimas fueron,
Lo fué Gala infeliz, tierna doncella
A quien dio por su mal belleza el cielo.
Tranquilo y en oscura mediana.
Del fausto y pompa cortesana lejos,
E l m o z á r a b e Egidio disfrutaba
La edad madura en el bogar paterno.
De una antigua familia ilustre y goda
E r a este anciano él vastago postrero :
Su esposa ya t a m b i é n de los sepulcros
La quietud disfrutaba y el silencio.
E n p r á c t i c a s cristianas embebido,
Y en educar con afanoso esmero
En la fe y l a v i r t u d á su bija Gala,
Hija que sola concedióle el cielo
Gozaba en paz de venturosos dias.
Solo con ella en retirado albergo,
De la filial ternura coronado.
Del corazón de Gala satisfecho ;
Cuando al volver en una tarde aciaga
De un campo suyo, que el feliz sustento
Le tributaba con opimos frutos,
Producto de su afán v su desvelo;
Se h a l l ó desierta la tranquila estancia,
Los muebles derribados y deshechos,
Robado el ajuar, y, ay! sin l a prenda,
De su amor fruto, de su edad consuelo.
D e s d i c h a d o ! . . . . q u é golpe! . . . . C o m o loco
Giró por la ciudad 5 y conociendo
Cuál era su desastre, y que justicia
Solo podía esperar del alto cielo..
I n c e n d i ó su heredad y humilde casa,
D e s t r u y ó sus ganados y su apero,
Y desapareció de Andalucía,
De su infortunio y de sí mismo huyendo.
Giafar fué el forzador, Giafar tirano
Con tropa audaz de foragidos siervos,
R o b ó la hija del honrado Egidio,
Y á su palacio l a a r r a s t r ó violento.
E n él ántes de un año h u n d i ó s e Gala,
Dando á K e r i m a á l u z , en s u e ñ o eterno
Aterrada sin duda l a infelice
De ver l a sucesión de un monstruo horrendo.
| 18romance_arte_mayor
|
La esperanza es de los cielos
precioso y funesto don,
pues los amantes desvelos
cambian la esperanza en celos,
que abrasan el corazón. | 29quintilla
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Nueve leguas de Burgos en un llano,
Del A r l a n z a ocupando ambas orillas,
Descubro á Salas. De l a d r i l l o y piedra
Una puente sus barrios comunica;
Y á un lado miro con soberbias torres,
E l palacio de L a r a . De aquel dia
En que en medio de fiestas y banquetes.
Vio Zaide los a g ü e r o s que a d v e r t í an
Tanto desastre al infclicc dueño,
Tanta desolación á su familia,
¡ Cuan distinto se ve I — Ciegan los fosos
Matorrales incultos, derruida
E s t á la poderosa barbacana,
E l grueso muro abierto, de bravias
Yedras vestido, y entre almenas rotas
Roncos los vientos en l a cumbre silban.
Del homenaje l a elevada torre,
Que t r e m o l ó , entre nieves y ventiscas.
Del linaje de L a r a l a bandera,
Es nido de las aves de r a p i ñ a.
E l interior en todo corresponde
A tal desolación : cardos y oriigas
Cubren el ancho patio, en que sacando
Con el ferrado pié del suelo chispas,
Los corceles de guerra se domaban.
Sufriendo apenas l a apretada cincha,
Y do ladrando galgos y lebreles,
La hueca voz del caracol seguían.
La fuente rota está y en lodo el suelo;
Desierta la escalera, donde un dia
De escuderos y pajes resonaban
Las voces, las risadas y las r i ñ a s.
De polvo entapizado el astillero,
Y ni una lanza en é l : solas, vacías
Alcándaras, que ufanas encerraron
De azor y de n e b l í razas distintas.
Los cuadrados salones, que armaduras
Y pendones vistieron, solo indican
Con mohosas escarpias, ya desnudos^
Cuánto templado acero los c u b r í a.
Los altos artesones y techumbres.
Albergue de africanas golondrinas.
Dejan paso á las nieves y á los soles,
Rota la t r a b a z ó n , pandas las vigas.
E l estruendo sonoro del convite.
Cantos y juveniles alegrías.
Que en su cóncavo oscuro resonaron,
¿ Cómo es silencio así de tumba fria ?
Silencio que tansolo interrumpido.
Para mayor horror tal vez, se mira
Con el quejido en la espantosa noche
Del buho y del m u r c i é l a g o y de dia
Del g o r r i ó n con el osado vuelo,
Que al pararse atrevido en l a cornisa.
Le asusta el desconchado ó piedrezuela,
Que él mismo al suelo con rumor derriba.
Pero ¿ q u é importa, q u é , tanto abandono?.
¿ Q u é , donde quiera hallar muerte y ruina.
Si angustia aun mas los ojos y l a mente
Ver manchado con signo de ignominia.
De v i l t r a i c i ó n con l a espantosa marca,
Edificio de fama tan antigua?
La puerta principal y ventanaje
Están tapiados, y con negra tinta
Tiznados por la mano del verdugo
Los esmaltes, cuarteles y divisas
Del ancho escudo, honor del frontispicio
E l m o r r i ó n en l a elevada cima,
Tiene rotas las plumas y follajes,
Y de la gola en derredor ceñida
Una v i l cuerda, que de infame muerte
Ser reo su señor al mundo indica.
| 18romance_arte_mayor
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"No cantes más de amor. Desde este día
has de olvidar hasta su necio nombre;
aplícate a la gran filosofía;
sea tu libro el corazón del hombre".
Fuese, dejando mi alma sorprendida
de la llegada, arenga y despedida. | 34sexta_rima
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Es cuestión de palabras, y no obstante,
ni tú ni yo jamás,
después de lo pasado, convendremos
en quién la culpa está. | 21silva_arromanzada
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Y aun diz que dió una doncella
con un espectro galán,
y que una devota bella
le alcanzó a ver después de ella
en casulla o balandrán. | 29quintilla
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Pasaba arrolladora en su hermosura,
y el paso le dejé;
ni aun a mirarla me volví, y no obstante,
algo a mi oído murmuró: «Ésa es». | 21silva_arromanzada
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Oye misa cada día
y serás de Dios oído,
témele y serás temido
como un Rey decir solía.
Ama su bondad y en él
amarás sus creaturas,
y serán tus obras puras
en este mundo y aquel. | 28copla_castellana
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Por qué esta lluvia
tan entusiasta hoy
moja los ojos. | 8haiku
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Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe...
Calaveradas, amoríos... Nada grave, | 3couplet
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Jamás me contenté ni satisfice
de hipócritos melindres: llanamente
quise alabanzas de lo que bien hice». | 33terceto
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Zagala, así Dios te guarde,
que me digas si me quieres,
que aunque no pienso olvidarte,
impórtame no perderme.
A tus ojos me subiste,
en ellos vi cómo llueven
cuando quieren perlas vivas
y rayos cuando aborrecen. | 4octava
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E tu, buen señor, a quien
el presente va tratado,
no polido nin limado,
a tu respuesta enbiado,
notalo, notalo bien:
no considerando, no
en mis defectos,
mas enlos consejos rectos
si te do. | 38novena
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Aunque de madrugada
bien os conozco,
aunque os pongáis la toca
con el rebozo.
La dueña
sois de toda belleza.
Más pura
de virtudes profundas,
claveles
y bendita tú eres. | 16chamberga
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A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada. | 14lira
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El que en sí solo piensa
y a nadie quiere,
solo con los trabajos
su error advierte:
se para todos,
si en los trabajos quieres
no hallarte solo. | 27seguidilla_compuesta
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Tomóle al rojo dios alferecía
por ver la muchedumbre impertinente
que en socorro del monte le venía, | 33terceto
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Ni un muchacho revoltoso
a quien, por calmar el llanto,
contaran en son medroso
aquel cuento tan famoso;
y el chico calló de espanto. | 29quintilla
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Guando al d o b l a r l a sierra, en Su alta cumbre,
Volvió Mudarra el rostro enardecido
A la insigne ciudad, y entre la niebla
D e s c u b r i ó los gigantes edificios,
La gran mezquita, las flexibles palmas,
E l dorado alminar, y el claro r io
Serpenteando plácido y r i s u e ño
E n t r e verjeles, huertas y molinos j
Un vuelco d i ó l e e l c o r a z ó n cuitado,
Y recobraron de él todo el dominio
E n tropel los recuerdos de l a infancia,
Y de su ardiente amor el fuego vivo ;
Cual rey, que destronado algunas horas,
Torna triunfante en nuevo poderío
A sentarse en su trono. Los afectos
De horror, piedad , orgnllo y heroismo,
Que al t e ñ i r s e de sangre, al o i r absorto
De su padre y familia los destinos,
Al saber su alto nombre, al consagrarse
A un gran deber cercado de peligros,
Se apoderaron de su pecho ; al punto
De dar su á Dios postrero al patrio nido,
Y de darle t a m b i é n á su querida.
Desparecieron. Uno de los riscos
Que en torno le cercaban, ser quisiera,
Para jamas moverse de aquel sitio,
E n que plantado, envidia las raices
Del grueso roble y del gigante pino.
Zaide prudente, sin deelrlc nada,
De su caballo asiendo, enterneeido
Le hizo pasar la cumbre, y á sus ojos
Córdoba se o c u l t ó . Lanzó un suspiro
E l g a r z ó n angustiado : todo el d ia
Guardó tenaz silencio, sumergido
En un mar de dolor. Las mas violentas
Pasiones, los afectos mas distintos
J u n t á b a n s e , ó tal vez se sucedían,
Cual las olas del mar embravecido,
O cual las nubes r á p i d a s de otoño,
Que el cielo cruzan con incierto giro
E n fantásticas formas ; y apurando
Del infierno implacable los suplicios,.
Concibe al porvenir horror y tedio,
Y por lo que pasó, ciego delirio.
Cerca del C a r p i ó les cogió la noche :
Un pariente de Zaide su castillo.
Inexpugnable enlónces, gobernaba,
Y en él se recogieron sin peligro.
Allí el mancebo falto de reposo,
A K e r i m a e s c r i b i ó , y á un campesino
Despachó á toda b r i d a , y encargóle
Dar la carta a Zelima con sigilio.
| 18romance_arte_mayor
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Nuestra famosa inmemorial pobreza,
cuyo origen se pierde en las historias
que dicen que no es culpa del gobierno
sino terrible maldición de España,
triste precio pagado a los demonios
con hambre y con trabajo de sus hombres. | 39sexteto
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Sobre la arena tendido
como despojo del mar
se encuentra un niño dormido | 10tercetillo
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