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46 classes
Salió Cloris de su albergue, dorando el mar con su luz, por señas, que a tanto oro holgó el mar de ser azul. Cáñamo anudando, engaña al ejercicio común, esto fïando del viento, y él lo escuchó con quietud:
4octava
Tempera quitapesares que corrie muy concertado, reventó por los ijares del comer desordenado; y no muerde ni escarmienta a la gran loba hambrienta, y aun los zorros y las osas cerca della dan mil cosas, pero no porque lo sienta.
38novena
Amor hace sutil a quien es hombre rudo; convierte en elocuente al que antes era mudo, quien antes fue cobarde, después todo lo pudo; al perezoso obliga a ser presto y agudo.
9cuaderna_vía
Cuenta Apuleyo que, mientra él mudado fue en asno, los ladrones que servía una hermosa virgen han robado el día que sus bodas atendía; a la cual, por hacer menos pesado su infortunio, una vieja así decía, mientra que con palabras la consuela, contándole de Psique esta novela:
4octava
Será el zenzontle, tenor; jilguero, primer violín; y maestro director el arrogante clarín.
5cuarteta
Irene no conoce todavía la palabra resaca. Descentrada con el raro bullicio de la gente que hubo anoche en la casa, duerme poco, penetra ese olvido absoluto al que recurro en mañanas difíciles, salta por los barrotes de su horario, se anuncia con un grito de selva inexplorada, corre por el pasillo hasta la cama, de mi pelo se cuelga, con mi espalda fabrica una pista de baile, insiste repartida, telefónica, parece que se escapa por fin, pero regresa con urgencia de liebre despiadada. Irene no conoce todavía la palabra resaca. Están así las cosas... Es la primera vez que la ira no afecta al importuno. Juro que no repetiré, sé que no debo acostarme tan tarde, tan borracho, bajo un sol que ya tenga mala cara de sueño y aspirina.
35unknown
¡Teologal diseño, rosas del ensueño de un cielo abrileño!
10tercetillo
Guardo constante la promesa antigua de que ella sola me sería cara, aunque pasara las estigias olas con Aqueronte.
36estrofa_sáfica
Pues andándose buscando madero de que labralle cruz para crucificalle, hallaron éste nadando, hechizo para su talle; y pareciéndoles tal cual pedía su malicia, labran de él el principal tronco de la cruz real, ejecutor de justicia.
6copla_real
En el fondo de mirtos Del jardín señorial, Glosa oculta una fuente El enigma riente De su alma de cristal. ¡La fuente arrulla el sueño Del jardín señorial!
20septilla
Esa chiquiya la quiero, que se yeba e su gusto; no se yeba der dinero.
30soleá
por las amenas liras y canto de serenas os conjuro que cesen vuestras iras y no toquéis al muro, porque la esposa duerma más seguro.
14lira
A veces me digo con honda tristeza: ¿Vendrá a mí aún el hada bendita que huyó?... Mi frente surcada, mi cana cabeza y el fuego de mi alma que a helarse ya empieza, responden con mudas palabras: ¡No! ¡No!
32quinteto
«Por Dios», dijo Mercurio, «y a fee mía, que no puedo decirlo, y si lo digo, tengo de dar la culpa a tu porfía».
33terceto
Pertinaz su ojeriza no desiste ni cesa, hasta ver en sus ruinas, las de la religión, la fe y la Iglesia.
17endecha_real
Diviértete con todos, haz lo que quieras, y luego ven y pónme las aguaderas; y aun despues falta que a la pila me lleves a beber agua.
27seguidilla_compuesta
Mira Ñero de Tarpeya a Roma cómo se ardía; gritos dan niños y viejos y él de nada se dolía. El grito de las matronas sobre los cielos subía; como ovejas sin pastor unas tras otras corrían, perdidas, descarriadas, llorando a lágrima viva. Todas las gentes huyendo a las torres se acogían; los siete montes romanos fuego y lloro los hundía. En el grande Capitolio suena muy gran vocería; por el collado Aventino gran gentío discurría, y en Cabalo y en Rotundo la gente apenas cabía; por el rico Coliseo gran número se subía; lloraban los dictadores, los cónsules a porfía; daban voces los tribunos; los magistrados plañían; los cuestores lamentaban; los senadores gemían; llora la orden ecuestre, toda la caballería, por la crueldad de Nerón que lo ve con alegría. Siete días con sus noches la ciudad toda se ardía; por tierra yacen las casas, los templos de tallería, los palacios más antiguos de alabastro y sillería; las moradas de los dioses han triste postrimería; el templo capitolino do Júpiter se servía; el grande templo de Apolo y el que de Mars se decía, sus tesoros y riquezas el fuego los derretía; por los carneros y osarios la gente se defendía. De la torre de Mecenas lo miraba todo y vía el ahijado de Claudio, que a su padre parescía: el que a Séneca dio muerte; el que matara a su tía; el que antes de nueve meses que Tiberio se moría con prodigios y señales en este mundo nascía; el que persiguió a cristianos, el padre de tiranía, de ver abrasar a Roma gran deleite rescebía. Vestido en cénico traje decantaba en poesía. Todos le ruegan que amanse su crueldad y porfía. Doriforo le rogaba, Esporo lo combatía, Claudio Augusto se lo ruega, Alégaselo Mesalina; ni lo hace por Popea, ni por su madre Agripina; no hace caso de Antonia, que la mayor se decía; Anco Planio se lo habla, Rufino se lo pedía; por Británico ni Trusco ninguna cuenta hacía; a sus pies se tiende Octavia, ésa que ya no quería: cuanto más todos le ruegan él de nadie se dolía.
1romance
Éste es nuestro Dios entero, y otro no será estimado; que es sólo quien ha hallado todo el saber verdadero. Y a Jacob siervo lo dio, y en nuestras tierras fue visto Dios y hombre Jesucristo, que con hombres conversó.
28copla_castellana
pero diole todavía un ramo que se llevase y en el monte lo plantase, porque ya que Adán moría, en su memoria durase; y dijo: «No te adolezca ni desmaye el mal de Adán aunque grave te parezca; que cuando este árbol crezca Él y muchos sanarán».
6copla_real
No sé lo que he soñado en la noche pasada; triste, muy triste, debió ser el sueño pues despierto la angustia me duraba.
21silva_arromanzada
¡Oh, despertad, mortales! Mirad con atención en vuestro daño. Las almas inmortales, hechas a bien tamaño, ¿podrán vivir de sombra y solo engaño?
14lira
O ya me ponga alguno en la región al sol más allegada, do no vive ninguno, siempre será de mí Lálage amada, la del reír gracioso, la del parlar muy más que miel sabroso.
45sexteto_lira
Hombre solo en el mar en caminos inciertos vencido y mudo caminando las horas que mariposas núbiles desvelan en sus alas de colores de amor.
20septilla
Buena es el agua y la sed; buena es la sombra y el sol: la miel de flor de romero, la miel de campo sin flor.
11cantar
Pesado buey, tú evocas la dulce madrugada que llamaba a la ordeña de la vaca lechera, cuando era mi existencia toda blanca y rosada, y tú, paloma arrulladora y montañera, significas en mi primavera pasada todo lo que hay en la divina Primavera.
39sexteto
La priesa no la condeno, pues no se sufre tardanza cuando corre la esperanza a gozar de algún fin bueno que nuevamente se alcanza; y así, vos siendo avisada de nueva tan señalada, con la gana que en vos mora de llegar, no veis la hora de acabar vuestra jornada.
6copla_real
Anda, que ya no te quiero; que de tu bía y milagros malos informes me dieron.
30soleá
Yo viviré escarmentado todo el tiempo que quisieres; me he visto por las mujeres en cueros y aprisionado. Mas viéndome lastimado, entre crueles penitencias, ya yo tema las sentencias; mira qué causa te he dado, porque a tu lado yo he estado puesto a dos mil contingencias.
25décima_antigua
¡Y el juez también en su lecho Duerme en paz! ¡y su dinero El verdugo, placentero, Entre sueños cuenta ya! Tan solo rompe el silencio En la sangrienta plazuela El hombre del mal que vela Un cadalso a levantar.
15octavilla
Con timbre sonoro y hueco truena el maestro, un anciano mal vestido, enjuto y seco, que lleva un libro en la mano.
5cuarteta
Dejad de solicitar, y después, con más razón, acusaréis la afición de la que os fuere a rogar.
19redondilla
Fatigada del baile, encendido el color, breve el aliento, apoyada en mi brazo, del salón se detuvo en un extremo.
23cuarteto_lira
El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve.
30soleá
Príncipes del azar Así el tecleo en ritmo y luz de mecanografía hace olvidar tu nombre y mi deseo tu nombre que una estrella ama y enfría Príncipes del azar gusanos leves para pasar el rato entre las nieves
34sexta_rima
Mil veces oí en Castilla que en el Coll de Balaguer había bien que temer, ya porque es del mar la orilla,
19redondilla
Está en la sala familiar, sombría, y entre nosotros, el querido hermano que en el sueño infantil de un claro día vimos partir hacia un país lejano.
7serventesio
Las yerbas su virtud la presentaban; los árboles, sus frutos y sus flores; las piedras, el valor que en sí encerraban.
33terceto
Será con todos igual, Justiciero para todos El tremendo tribunal, E irán de distintos modos El justo y el criminal.
29quintilla
la mayor hermosura se deshace ante ella, y ella sola resplandece sobre todas, y alegra y satisface.
33terceto
y los amantes su deseo oculto latir sintieron en tus bellos labios y sorbo a sorbo en ellos apuraron su paraíso.
36estrofa_sáfica
Esta emoción divina es de la infancia, cuando felices el camino andamos y todo se disuelve en la fragancia de un Domingo de Ramos.
7serventesio
En tus promesas divinas no me hablaste de dolores, ni de tus pintadas flores me enseñaste las espinas; bajo las ondas marinas hay escollos que temer; ya tierra no alcanzo a ver y mi costa no la encuentro, porque ya estoy mar adentro y no me puedo volver.
13espinela
Quién pudiera dar un vuelo por todo lo que el sol mira, y solicitar las gentes a cena jamás oída: cena grande, siempre cena, a cualquier hora del día, donde en poco pan se sirve mucha muerte o mucha vida.
4octava
preséntate un sujeto tan mortalmente herido, cual conviene, do cuanto saber tiene dé muestra, que por siglos mil resuene.
14lira
En la mitad del barranco las navajas de Albacete, bellas de sangre contraria, relucen como los peces. Una dura luz de naipe recorta en el agrio verde, caballos enfurecidos y perfiles de jinetes. En la copa de un olivo lloran dos viejas mujeres. El toro de la reyerta se sube por las paredes. Ángeles negros traían pañuelos y agua de nieve. Ángeles con grandes alas de navajas de Albacete. Juan Antonio el de Montilla rueda muerto la pendiente, su cuerpo lleno de lirios y una granada en las sienes. Ahora monta cruz de fuego, carretera de la muerte. * * * El juez, con guardia civil, por los olivares viene. Sangre resbalada gime muda canción de serpiente. Señores guardias civiles: aquí pasó lo de siempre. Han muerto cuatro romanos y cinco cartagineses. * * * La tarde loca de higueras y de rumores calientes cae desmayada en los muslos heridos de los jinetes. Y ángeles negros volaban por el aire del poniente. Ángeles de largas trenzas y corazones de aceite.
1romance
Vive Anacreonte, se conserva puro, fresco el rocío en sus nativas rosas, y de Safo la lira apasionada respira amor y fuego.
37estrofa_francisco_de_la_torre
Las gruesas bombardas y ribadoquines de nieblas fumosas el aire llenaban, así que las islas y puertos confines apenas veían, ni se divisaban; Jove no se cree, cuando recontaban que vino a la niña tebana tronando, viniese tan fiero, el cielo inflamando, como aquellas fustas cuando se allegaban.
41copla_arte_mayor
Es cuestión de palabras, y, no obstante, ni tú ni yo jamás, después de lo pasado, convendremos en quién la culpa está.
23cuarteto_lira
Y al punto dese por muerto si el alcalde lo bolea, pues ay nomás se le apea con una felpa de palos-, y después dicen que es malo el gaucho si los pelea.
12sextilla
Tú sueñas con las flores de otras praderas, nacidas bajo cielos desconocidos, al soplo fecundante de primaveras que, avivando las llamas de tus sentidos, engendren en tu alma nuevas quimeras.
32quinteto
Mis grandes hechos verán los que no los han sabido, en que solo he merecido nombre de Gran Capitán. Y tuve tan gran renombre, en nuestras tierras y extrañas, que se tienen mis hazañas por mayores que mi nombre.
28copla_castellana
Merezco este dolor que como Padre me mandas como a un hijo a quien deseas hacer con los dolores todo un hombre, todo hijo tuyo.
36estrofa_sáfica
¡Ay, piadosa Virgen bella! ¿Qué fuera de mí sin vos? ¿Por dónde llegara a Dios, por tal mar, sin tal estrella?
19redondilla
La virtud es un manto con que tapa y cubre su indecencia la estrecheza, que esenta y libre de la envidia escapa».
33terceto
Me han hecho sufrir tanto, que he dudado si el amor será un odio disfrazado.
3couplet
-«¡Oh, beata Madrigal ora pro nobis a Dios!» «¡Oh, santa Villa Real, señora, ruega por nos!»
5cuarteta
¡Es tu hora, Señor, sobre la frente del mundo se levanta silenciosa la estrella del Destino derramando lumbre de vida!
36estrofa_sáfica
He sido junto a un amigo testigo de una solidaria paz, veraz. Un gesto que nunca es vano; humano. Si se abre a la paz la mano y se entierra la maldad, será la propia verdad; testigo veraz, humano.
0ovillejo
¿Qué es lo que dijo de amor y de la barbera? ¡Ay, cielo! ¿Soy yo de bronce? ¿Soy hielo? En la puerta estoy mejor:
19redondilla
Corazon gastado, mofa De la mujer que corteja, Y, hoy despreciándola, deja La que ayer se le rindió. Ni el porvenir temió nunca. Ni recuerda en lo pasado La mujer que ha abandonado, Ni el dinero que perdió.
15octavilla
Así el grave Pedonio salió ligero por el viejo postigo con grande aliento. Furioso dando de soplamocos a cuantos le estorbaban el paso señales del mal humor que sale.
16chamberga
Ved que en el viento las aves Volando pasan a par: Ved a las ondas cruzar Rumorosas y suaves. Ved que hasta las penas graves Jamás, Teresa, andan solas: Ved cuál se juntan las olas En el correr de los ríos: Ved, junto a troncos umbríos, Amarse las amapolas.
13espinela
Silencio de cal y mirto. Malvas en las hierbas finas. La monja borda alhelíes sobre una tela pajiza. Vuelan en la araña gris, siete pájaros del prisma. La iglesia gruñe a lo lejos como un oso panza arriba. ¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia! Sobre la tela pajiza, ella quisiera bordar flores de su fantasía. ¡Qué girasol! ¡Qué magnolia de lentejuelas y cintas! ¡Qué azafranes y qué lunas, en el mantel de la misa! Cinco toronjas se endulzan en la cercana cocina. Las cinco llagas de Cristo cortadas en Almería. Por los ojos de la monja galopan dos caballistas. Un rumor último y sordo le despega la camisa, y al mirar nubes y montes en las yertas lejanías, se quiebra su corazón de azúcar y yerbaluisa. ¡Oh!, qué llanura empinada con veinte soles arriba. ¡Qué ríos puestos de pie vislumbra su fantasía! Pero sigue con sus flores, mientras que de pie, en la brisa, la luz juega el ajedrez alto de la celosía.
1romance
hasta que finalmente, en duro mármol vuelta y transformada, hizo de sí la gente no tan maravillada cuanto de aquella ingratitud vengada.
14lira
Mi cante no es tu canto, qué más quisiera que enronquecerme en coplas cartageneras.
22seguidilla
Cuanto a los varones aquí sobreseo y paso a la insigne mi hija la primera, de los humanales corona y arreo, y de las Españas claror y lumbrera; esta se demuestra, como primavera entre todo el año, cerca las más bellas, y cual fiera lumbre entre las estrellas, y grandes fontanas fecunda ribera.
41copla_arte_mayor
Te obligas más queriendo desdeñarme y te das la sentencia rigurosa queriendo presumida y cautelosa según tu corto juicio condenarme.
24cuarteto
el largo establo, abrigo del invierno, y del servil trabajo la tarea, y ya no tienes ni remota idea de que es un arma. Tal es el eterno
24cuarteto
Agua de pozo: el niño baja el balde, sube una estrella.
8haiku
Asustadiza gracia del poema: flor temerosa, recatada en yema.
3couplet
Viendo la santa divina victoria del furibundo convento siniestro: ¡Oh mías que bendito, divino Maestro! dice mi lengua vulgar y notoria, esta hazaña de tanta memoria ya por un alta manera combida ser el espada muy esclarecida y digna de tan serenísima gloria cuanto la hace tu mano temida.
38novena
Ramos, capitán famoso, al buen obispo vengó; y a los franceses mató como fuerte y animoso. Un hecho tan milagroso publique siempre la fama; y á la luz de clara llama nuestro siglo venturoso publicando su lealtad La paciencia y la humildad.
25décima_antigua
dio el alma a quien se la dio (el cual la dio en el cielo en su gloria), que aunque la vida perdió, dejonos harto consuelo su memoria.
12sextilla
«¿No son poetas?» «Sí». «Pues yo no acierto a pensar por qué causa se desprecian de salir con su ingenio a campo abierto.
33terceto
Pero aquesta que ves es el aseo, la gala de los cielos y la tierra, con quien tienen las Musas su bureo;
33terceto
¿Cuál lengua recontará el su triste desconsuelo, nin podrá dezir tal duelo ? ¿o quál pluma escrivirá por cursos de pohesía el remor que se fazía? [O] ¿quien los declarará?
43copla_mixta
Llega de embajador el noble Lara A esta insigne ciudad, y se presenta Al irritado Hixcen, que al recibirle Admiró su gallarda gentileza. Giafar....(sí, de Giafar y de Velázquez Las almas se entendían : tal vez era Uno mismo el demonio que guiaba A ambos á unjiempo por distinta senda)'' " Giafar le vio con el placer amargo Del que á gozar venganza va completa De aquel á quien envidia, y que á despecho Le admira casi mas que le detesta." " L e tiene en su poder....Mas ¿por ventura Querrá á Velázquez contentar, la guerra Suspendiendo?.... jamas, jamas. Castilla Debería de nuevo su existencia " *' De Lava al sacrificio generoso. Si otra vez d su esfuerzo la debiera. Cual m á r t i r le adorara el pueblo hispano. Toda la cristiandad.... No en su cabeza," " E n su nombre, en su nombre mi venganza. Para que digna de mi encono sea, Se saciara, poniéndole el v i l sello De m a l d i c i ó n sin fin, de infamia eterna." " Así pensó Giafar : su fantasía Abrazó con placer tales ideas, Y al aprestarse á darles cumplimiento, El éxito terrible saborea. Grandes obsequios y afectada pompa De Lara el noble en derredor desplega; Oye atento y afable su embajada, Y que á todo se allana, le demuestra," " P o r respeto á su nombre y su persona^ Y con elogios mil le lisonjea. Establecióse un armisticio, y luego Solemnes pactos de inviolable tregua," u Exigiendo tansolo de Castilla Corto tributo á fuer de recompensa, Y en reboñes del tratado dos presidios, Que ocupaba el cristiano en la frontera." "Del éxito feliz de su mensaje Ufano Gústios, regresar anhela Para anunciarlo á Burgos por sí mismo ; Mas Giafar le detiene, le sujeta" tf Con fingido pretexto, y le decide A enviar un caballero con presteza. Que lleve al conde Sancho de Castilla De la ajustada paz la ansiada nueva." " Y o en tanto disfrutarla compañía Pude en mi patria de mi amigo apenas. Giafar sabía mi amistad con Lara, Y la temió y habiéndose en Yalenci Por aquel tiempo un jeque declarado En rebelión, mandóme á toda priesa Marchar á sujetarle 5 cargo honroso, Que renunciar no pude, aunque quisiera." " Al dejar estos muros, en mis brazos Estreché á Gústios con el alma llena De atroz presentimiento 5 y, Parte pronto, Le dijo solo mi afligida lengua." Quedóse á mi pesar. Llegó el tratado A. Burgos, que gozosa con la tregua, Se alzó del hondo espanto en que yacía Cesando sus aprestos de defensa." "Entregó los castillos concertados. El tributo también, y las banderas Dispersó ya reunidas en los campos, Y al dulce sueño de la paz se entrega." " O h Castilla infeliz y descuidada! Por Giafar avisados con reserva Juzef y los caudillos, que escondidos Se mantuvieron siempre en la frontera;" " E n cuanto desarmados á los pueblos Vieron, y sus mesnadas ya dispersas, Entraron furibundos á mansalva. Fuego, sangre, exterminio, muerte, guerra Y esclavitud sembrando hasta la orilla Del claro Arlanza 5 y al clamor que suena, Présago de ruina inevitable, De Burgos retemblaron las almenas." " El conde, el arzobispo, el pueblo lodo, Que es de Lara traición al punto piensan ; De Lara que ha querido adormecerlos, Para vengar á salvo sus ofensas; íl Mas del último apuro los cristianos Sacando nuevo ardor y saña nueva, Resuélvense á morir como valientes En noble y obstinada resistencia.
18romance_arte_mayor
Alma región luciente, prado de bienandanza, que ni al hielo ni con el rayo ardiente fallece; fértil suelo, producidor eterno de consuelo:
14lira
Con el favor y el desdén tenéis condición igual, quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien. Opinión, ninguna gana; pues la que más se recata, si no os admite, es ingrata, y si os admite, es liviana.
28copla_castellana
Tuvo hijos diferentes mas gozarlos Nunca le concedió sañudo el cielo, Y en l a tranquila cuna muerte airada Cebó su diente destructor en ellos. K e r i m a sola fué mas venturosa, (Si es que quedar en este mundo es serlo) Tal vez p o r q u é en su madre desdichada Se e m b o t ó de A z r a e l el crudo hierro. Giafar nunca olvidando su derrota, A u n q u é ya de venganza satisfecho Debiera estar y de inocente sangre, Profesa á los cristianos odio eterno : Guantas veces tornaba al alto mando Lo demostraba con atroces hechos, Y era de los m o z á r a b e s 19 azote, Horrorosas violencias ejerciendo. De esta m í s e r a estirpe honra, fortuna, L i b e r t a d , vida, todo era el objeto De l a venganza audaz de tal contrario. De su codicia, rabia y desenfreno. Entre inocentes tantas que á l a furia Del terrible Giafar víctimas fueron, Lo fué Gala infeliz, tierna doncella A quien dio por su mal belleza el cielo. Tranquilo y en oscura mediana. Del fausto y pompa cortesana lejos, E l m o z á r a b e Egidio disfrutaba La edad madura en el bogar paterno. De una antigua familia ilustre y goda E r a este anciano él vastago postrero : Su esposa ya t a m b i é n de los sepulcros La quietud disfrutaba y el silencio. E n p r á c t i c a s cristianas embebido, Y en educar con afanoso esmero En la fe y l a v i r t u d á su bija Gala, Hija que sola concedióle el cielo Gozaba en paz de venturosos dias. Solo con ella en retirado albergo, De la filial ternura coronado. Del corazón de Gala satisfecho ; Cuando al volver en una tarde aciaga De un campo suyo, que el feliz sustento Le tributaba con opimos frutos, Producto de su afán v su desvelo; Se h a l l ó desierta la tranquila estancia, Los muebles derribados y deshechos, Robado el ajuar, y, ay! sin l a prenda, De su amor fruto, de su edad consuelo. D e s d i c h a d o ! . . . . q u é golpe! . . . . C o m o loco Giró por la ciudad 5 y conociendo Cuál era su desastre, y que justicia Solo podía esperar del alto cielo.. I n c e n d i ó su heredad y humilde casa, D e s t r u y ó sus ganados y su apero, Y desapareció de Andalucía, De su infortunio y de sí mismo huyendo. Giafar fué el forzador, Giafar tirano Con tropa audaz de foragidos siervos, R o b ó la hija del honrado Egidio, Y á su palacio l a a r r a s t r ó violento. E n él ántes de un año h u n d i ó s e Gala, Dando á K e r i m a á l u z , en s u e ñ o eterno Aterrada sin duda l a infelice De ver l a sucesión de un monstruo horrendo.
18romance_arte_mayor
La esperanza es de los cielos precioso y funesto don, pues los amantes desvelos cambian la esperanza en celos, que abrasan el corazón.
29quintilla
Nueve leguas de Burgos en un llano, Del A r l a n z a ocupando ambas orillas, Descubro á Salas. De l a d r i l l o y piedra Una puente sus barrios comunica; Y á un lado miro con soberbias torres, E l palacio de L a r a . De aquel dia En que en medio de fiestas y banquetes. Vio Zaide los a g ü e r o s que a d v e r t í an Tanto desastre al infclicc dueño, Tanta desolación á su familia, ¡ Cuan distinto se ve I — Ciegan los fosos Matorrales incultos, derruida E s t á la poderosa barbacana, E l grueso muro abierto, de bravias Yedras vestido, y entre almenas rotas Roncos los vientos en l a cumbre silban. Del homenaje l a elevada torre, Que t r e m o l ó , entre nieves y ventiscas. Del linaje de L a r a l a bandera, Es nido de las aves de r a p i ñ a. E l interior en todo corresponde A tal desolación : cardos y oriigas Cubren el ancho patio, en que sacando Con el ferrado pié del suelo chispas, Los corceles de guerra se domaban. Sufriendo apenas l a apretada cincha, Y do ladrando galgos y lebreles, La hueca voz del caracol seguían. La fuente rota está y en lodo el suelo; Desierta la escalera, donde un dia De escuderos y pajes resonaban Las voces, las risadas y las r i ñ a s. De polvo entapizado el astillero, Y ni una lanza en é l : solas, vacías Alcándaras, que ufanas encerraron De azor y de n e b l í razas distintas. Los cuadrados salones, que armaduras Y pendones vistieron, solo indican Con mohosas escarpias, ya desnudos^ Cuánto templado acero los c u b r í a. Los altos artesones y techumbres. Albergue de africanas golondrinas. Dejan paso á las nieves y á los soles, Rota la t r a b a z ó n , pandas las vigas. E l estruendo sonoro del convite. Cantos y juveniles alegrías. Que en su cóncavo oscuro resonaron, ¿ Cómo es silencio así de tumba fria ? Silencio que tansolo interrumpido. Para mayor horror tal vez, se mira Con el quejido en la espantosa noche Del buho y del m u r c i é l a g o y de dia Del g o r r i ó n con el osado vuelo, Que al pararse atrevido en l a cornisa. Le asusta el desconchado ó piedrezuela, Que él mismo al suelo con rumor derriba. Pero ¿ q u é importa, q u é , tanto abandono?. ¿ Q u é , donde quiera hallar muerte y ruina. Si angustia aun mas los ojos y l a mente Ver manchado con signo de ignominia. De v i l t r a i c i ó n con l a espantosa marca, Edificio de fama tan antigua? La puerta principal y ventanaje Están tapiados, y con negra tinta Tiznados por la mano del verdugo Los esmaltes, cuarteles y divisas Del ancho escudo, honor del frontispicio E l m o r r i ó n en l a elevada cima, Tiene rotas las plumas y follajes, Y de la gola en derredor ceñida Una v i l cuerda, que de infame muerte Ser reo su señor al mundo indica.
18romance_arte_mayor
"No cantes más de amor. Desde este día has de olvidar hasta su necio nombre; aplícate a la gran filosofía; sea tu libro el corazón del hombre". Fuese, dejando mi alma sorprendida de la llegada, arenga y despedida.
34sexta_rima
Es cuestión de palabras, y no obstante, ni tú ni yo jamás, después de lo pasado, convendremos en quién la culpa está.
21silva_arromanzada
Y aun diz que dió una doncella con un espectro galán, y que una devota bella le alcanzó a ver después de ella en casulla o balandrán.
29quintilla
Pasaba arrolladora en su hermosura, y el paso le dejé; ni aun a mirarla me volví, y no obstante, algo a mi oído murmuró: «Ésa es».
21silva_arromanzada
Oye misa cada día y serás de Dios oído, témele y serás temido como un Rey decir solía. Ama su bondad y en él amarás sus creaturas, y serán tus obras puras en este mundo y aquel.
28copla_castellana
Por qué esta lluvia tan entusiasta hoy moja los ojos.
8haiku
Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe... Calaveradas, amoríos... Nada grave,
3couplet
Jamás me contenté ni satisfice de hipócritos melindres: llanamente quise alabanzas de lo que bien hice».
33terceto
Zagala, así Dios te guarde, que me digas si me quieres, que aunque no pienso olvidarte, impórtame no perderme. A tus ojos me subiste, en ellos vi cómo llueven cuando quieren perlas vivas y rayos cuando aborrecen.
4octava
E tu, buen señor, a quien el presente va tratado, no polido nin limado, a tu respuesta enbiado, notalo, notalo bien: no considerando, no en mis defectos, mas enlos consejos rectos si te do.
38novena
Aunque de madrugada bien os conozco, aunque os pongáis la toca con el rebozo. La dueña sois de toda belleza. Más pura de virtudes profundas, claveles y bendita tú eres.
16chamberga
A mí una pobrecilla mesa de amable paz bien abastada me basta, y la vajilla, de fino oro labrada sea de quien la mar no teme airada.
14lira
El que en sí solo piensa y a nadie quiere, solo con los trabajos su error advierte: se para todos, si en los trabajos quieres no hallarte solo.
27seguidilla_compuesta
Tomóle al rojo dios alferecía por ver la muchedumbre impertinente que en socorro del monte le venía,
33terceto
Ni un muchacho revoltoso a quien, por calmar el llanto, contaran en son medroso aquel cuento tan famoso; y el chico calló de espanto.
29quintilla
Guando al d o b l a r l a sierra, en Su alta cumbre, Volvió Mudarra el rostro enardecido A la insigne ciudad, y entre la niebla D e s c u b r i ó los gigantes edificios, La gran mezquita, las flexibles palmas, E l dorado alminar, y el claro r io Serpenteando plácido y r i s u e ño E n t r e verjeles, huertas y molinos j Un vuelco d i ó l e e l c o r a z ó n cuitado, Y recobraron de él todo el dominio E n tropel los recuerdos de l a infancia, Y de su ardiente amor el fuego vivo ; Cual rey, que destronado algunas horas, Torna triunfante en nuevo poderío A sentarse en su trono. Los afectos De horror, piedad , orgnllo y heroismo, Que al t e ñ i r s e de sangre, al o i r absorto De su padre y familia los destinos, Al saber su alto nombre, al consagrarse A un gran deber cercado de peligros, Se apoderaron de su pecho ; al punto De dar su á Dios postrero al patrio nido, Y de darle t a m b i é n á su querida. Desparecieron. Uno de los riscos Que en torno le cercaban, ser quisiera, Para jamas moverse de aquel sitio, E n que plantado, envidia las raices Del grueso roble y del gigante pino. Zaide prudente, sin deelrlc nada, De su caballo asiendo, enterneeido Le hizo pasar la cumbre, y á sus ojos Córdoba se o c u l t ó . Lanzó un suspiro E l g a r z ó n angustiado : todo el d ia Guardó tenaz silencio, sumergido En un mar de dolor. Las mas violentas Pasiones, los afectos mas distintos J u n t á b a n s e , ó tal vez se sucedían, Cual las olas del mar embravecido, O cual las nubes r á p i d a s de otoño, Que el cielo cruzan con incierto giro E n fantásticas formas ; y apurando Del infierno implacable los suplicios,. Concibe al porvenir horror y tedio, Y por lo que pasó, ciego delirio. Cerca del C a r p i ó les cogió la noche : Un pariente de Zaide su castillo. Inexpugnable enlónces, gobernaba, Y en él se recogieron sin peligro. Allí el mancebo falto de reposo, A K e r i m a e s c r i b i ó , y á un campesino Despachó á toda b r i d a , y encargóle Dar la carta a Zelima con sigilio.
18romance_arte_mayor
Nuestra famosa inmemorial pobreza, cuyo origen se pierde en las historias que dicen que no es culpa del gobierno sino terrible maldición de España, triste precio pagado a los demonios con hambre y con trabajo de sus hombres.
39sexteto
Sobre la arena tendido como despojo del mar se encuentra un niño dormido
10tercetillo