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Todo aquel que de sabio
tiene el aprecio,
savio será, si sabe
fingirse necio. | 22seguidilla
|
¿Es más que un breve punto
el bajo y torpe suelo, comparado
con ese gran trasunto,
do vive mejorado
lo que es, lo que esrá, lo que ha pasado? | 14lira
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La fresca aurora de risueño nácar
Tifió las nieblas, que del ancho rio
A coronar se alzaron en la noche
De la ciudad los regios edificios ;
Y sus primeros rayos, en la cima
De la alta sierra al matizar los riscos,
La caravana fugitiva vieron.
En que Mudarra va tras su destino.
Con el primer crepúsculo en la falda
Un bullo descubrióse al tiempo mismo,
De acia la fuente del Amir bajando
Entre los madroñales y lentiscos.
Los pastores del llano, que tornaban
A su inocente y plácido ejercicio,
Después de haber pasado en blando sueño
La sosegada noche, al descubrirlo,
Y al ver se acerca con incierta planta,
Sin seguir senda alguna, dando giros,
Cayendo y levantando ; en él los ojos
Casi con sobresalto tienen fijos.
Los mastines también que lo advirtieron,
Vigilantes alzando sus ladridos,
A encontrarle volaron. Dos zagales
Con piedras contenerlos y con silbos
No pudiendo lograr, tras ellos corren ;
Y al acercarse al sospechoso sitio,
Ven que el bulto es un negro de anchos hombros,
Que arrastraba un ropón medio caido.
Aproxímanse mas, y con asombro
Encuéntranlo espirante y semivivo,
La frente hendida de furioso golpe,
Y cuerpo, ropa, todo en sangre tinto.
Al escucharle con penoso labio,
tt Dónde estoy?" exclamar, socorro, amigos,"
En lástima tornando el miedo, pronto
Se llegan y le ayudan compasivos ;
Y calmando el furor de los mastines,
Sobre los hombros sácanle al camino,
Y no sin gran trabajo le conducen
Con lento paso al pastoril abrigo.
Pronto fué en él de todos los pastores,
Ya extendida la luz, reconocido
Por Muley, el diestrísimo flechero,
Esclavo de Giafar y favorito.
Pásmanse al verle en tan terrible estado,
Y el viejo mayoral de aquel aprisco
Examina la herida peligrosa,
Que mana sangre entre los toscos rizos
De la hirsuta cabeza, y aun le aplica
Bálsamo de romero y de tomillo;
Refrigerando al triste moribundo
Con libia leche el labio blanquecino.
El infeliz, que estaba ya luchando
Con las postreras ansias, sumergido
En desmayo letal, por un momento
Da corta muestra de engañoso alivio
Para aumentar las dudas y el asombro
De los que entorno están, ansiando indicios
Que aclaren, si la herida del esclavo
Es golpe vil de bárbaro asesino.
Abre los ojos pues, ya con las sombras
De la muerte vidriados y marchitos :
Los gira en rededor, y no conoce
Al viejo mayoral que le da asilo.
Tuércelos brazos, hierve su hondo pecho.
Tiemblan ya sin vigor los miembros frios,
Y haciendo esfuerzos impotentes, lanza
Agudos ayes, roncos alaridos ;
Y de repente alzarse procurando,
Con claras muestras de mortal delirio,
Tales palabras dislocadas dice,
Interrumpidas con horrendos gritos :
'' Mandado fui.... ¿ quién resistir pudiera
Su omnipotente voz?...quién?...yo... yo el tiro
Erré con voluntad....Joven gallardo!
No era dado matarte al brazo mió."
"Mas, ay! yo le engañé...qué horror!..Tornóse
Su débil voz en áspero alarido,
Y derribóse sobre toscas pieles,
Envuelto en espantoso parasismo
El viejo mayoral de nuevo aplica
Leche á los labios, y con un rocío
De agua fresca humedece el negro rostro
Del infeliz, que helado y convulsivo
Da vuelcos, sin que puedan dos pastores
Sus miembros sujetar. Al fin rendido.
Quedó como un cadáver : luego vuelve
En sí mas sosegado, mas tranquilo,
Y muestras da de conocer la choza,
Y al mayoral también. Lanza un suspiro,
Y con voz desmayada, " Sí," prosigue,
" No es sueño,ni ilusión...ah! yo lo he visto."—
" Qué?" le preguntan.u Escuchad," responde:
"Después que el brazo injusto y vengativo
"Hendió mi frente y confundióme en tierra,
u Sonaron dos alfanjes, y un gemido,"
''Luego reinó silencio.... En sed ardía,
Y en la cercana fuente hallar alivio
Quise—Me esfuerzo, y sin vigor arrastro
Mi cuerpo por las ramas y los riscos."
" Llego al lugar ansiado, y de repente
" E n tierra desangrado.... qué horror! ....miro
" AGiafer."—" A Giafar!" los circunstantes
Repiten á una voz despavoridos.
Al escuchar tan poderoso nombre.
"Sí," prosigue Muley 5 " Giafar, amigos,
u Giafar, no me engañé, que en su semblante
" Daba la luna; y á su lado mismo''
" En pié se alzaba formidable espectro,
Con los desnudos brazos extendidos,
Y con tal apariencia, que yo al verle.
Quisiera confundirme en el abismo."
" Y torné á desmayarme, ya olvidado
De la sed que abrasaba el pecho mió,
Y de nuevo quedé como sin vida,
Sobre las hojas áridas tendido."
" Mas después de un gran rato recóbreme,
Volví á ver á Giafar claro y distinto.
Entre confusa turba de fantasmas,
Que le arrastraban, prorumpiendo en gritos"
" De gozoso furor, por un gran lago
De sangre, que inundaba aquel recinto ;
Y las palmas batían, con risadas
Del otro mundo; y con los labi os fijos
Vi muchas de ellas en la horrenda herida
Del pecho de Giafar cárdeno y frió
Beber la sangre ; y otras desgarraban
ka llaga, ya honda sima." El semivivo
Negro no pudo mas : terror helado
Le atajó las palabras; confundidos
Quedaron de escucharle los pastores,
Y en nueva convulsión se hundió el mezquinó.
Oh justo cielo ! ¿tan terrible escena
Vió en realidad? ¿Acaso los sentidos
De Muley, perturbados con la herida,
Cómplice de Giafar en los delitos,
Sus bárbaras crueldades no ignorando,
Y entregado al influjo de un delirio,
Miró cual ciertos en aquel instante
De su imaginación los extravíos?
¿ A caso de la sierra leñadores,
O habitantes tal vez desconocidos,
De Giafar el cadáver circundaron,
Y el negro, desangrado y sin juicio,
Víctima del terror, sombras, fantasmas
Los juzgó sin cordura? ¿Acaso quiso
La justicia tremenda del Eterno
Las terribles venganzas y castigos,
Que á los tiranos sanguinarios guarda,
Descubrir á un esclavo y darle aviso
Por medio tal al mundo?.... ¡Quién penetra
Del Ser omnipotente los designios !
No volvió á hablar Muley : la helada muerte
Tomó pronto completo señorío
De su mísero cuerpo. Los pastores,
Pasmados de terror, y á un tiempo mismo
De confusión dudosa, nada pueden
Con cerleza inferir de lo que ha dicho.
Que Giafar está muerto, y su cadáver
Insepulto no lejos de aquel sitio,
Coligen, solo ; pero ¿quién dió el golpe?
¿Quién ha sido el mortal de tanto brio.
Que á tal coloso hirió? Quieren incautos
Los zagales, cual jóvenes sencillos,
Ir á buscar los míseros despojos
Del supremo Wacir aunque, advertido,
El mayoral anciano los contiene.
Temiendo de tal paso los peligros.
| 18romance_arte_mayor
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Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza
de cielo se abre como una boca de muerto.
Tiene mi corazón un llanto de princesa
olvidada en el fondo de un palacio desierto. | 7serventesio
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